El herpes labial, causado por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), es mucho más común de lo que imaginamos. Se calcula que entre el 60 % y el 90 % de la gente ha estado en contacto con este virus en algún momento de su vida, aunque no todos llegan a tener síntomas. Cuando sí aparecen, suelen ser en forma de ampollas o llagas dolorosas en los labios o cerca de la boca, y suelen activarse por cosas como el estrés, tomar mucho sol, tener fiebre o si las defensas están bajas.
Aunque mucha gente ha pasado por esto, no todos saben bien cómo manejarlo. El detalle es que el virus no se va del cuerpo; se queda «dormido» y puede volver a activarse de vez en cuando. Por eso, aunque no hay una cura definitiva, sí hay maneras de mantenerlo bajo control y evitar que aparezca tan seguido o con tanta fuerza.

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Lo más común es usar medicamentos antivirales, ya sea en crema o en pastillas. Algunos de los más conocidos son el aciclovir, valaciclovir y famciclovir. No eliminan el virus, pero ayudan a que las llagas sanen más rápido y a prevenir nuevos brotes si se toman desde los primeros síntomas, como ese hormigueo típico en los labios.
Además de los tratamientos médicos, hay cuidados caseros que ayudan bastante. Poner compresas frías, mantener los labios bien hidratados, no tocarse las llagas y evitar compartir objetos como vasos o bálsamos labiales son medidas clave. Incluso hay quienes toman suplementos como la lisina, que puede ayudar a quienes tienen brotes frecuentes.

Un punto que no hay que pasar por alto es el estigma que todavía rodea al herpes labial. Es cierto que es muy contagioso, sobre todo con besos o contacto directo, pero no tiene nada que ver con la higiene personal, y en la mayoría de los casos no representa un problema grave, salvo en personas con defensas muy bajas o en bebés.

En resumen, aunque no se puede eliminar por completo, el herpes labial sí se puede controlar. Con los cuidados correctos y un tratamiento adecuado, se puede llevar una vida totalmente normal sin que este virus se vuelva una molestia constante.