En redes y entre algunos remedios caseros, se ha vuelto común escuchar sobre una mezcla curiosa: aceite de bebé con aspirinas. Aunque no es un tratamiento dermatológico oficial, hay quienes la usan para mejorar el aspecto de la piel, sobre todo del rostro. ¿Sirve? ¿Es segura? Aquí te lo explico de forma sencilla.
¿Qué lleva esta mezcla y por qué llama la atención?
Por un lado, el aceite de bebé es un hidratante suave, hecho principalmente con aceite mineral. Por otro, la aspirina (sí, la que se usa para el dolor) contiene ácido acetilsalicílico, un pariente cercano del ácido salicílico, conocido por sus efectos contra el acné. Al combinarlos, se obtiene una pasta que muchas personas aplican como tratamiento casero para ciertos problemas de piel.

¿Qué beneficios se le atribuyen?
- Ayuda con granitos y espinillas: Se dice que la aspirina desinflama y seca un poco las imperfecciones, mientras que el aceite evita que la piel se reseque demasiado.
- Funciona como exfoliante suave: Al machacar las aspirinas y mezclarlas con el aceite, se obtiene una textura que ayuda a remover células muertas de forma delicada.
- Podría atenuar manchas: Algunas personas que la usan con constancia aseguran que han visto mejoría en manchas leves, como las del sol o del acné.
- Deja la piel más suave: La combinación hidrata y limpia al mismo tiempo, algo que puede mejorar la textura en zonas secas o ásperas.

¿Cómo se prepara?
Solo necesitas triturar 2 o 3 aspirinas (sin capa protectora) y mezclarlas con una cucharada de aceite de bebé. Aplica la mezcla sobre la piel limpia, deja actuar entre 10 y 15 minutos y luego enjuaga con agua tibia. Lo ideal es hacerlo una o dos veces por semana, no más.
Pero ojo, no todo es para todos
Esta mezcla no debe usarse si tienes la piel irritada, heridas abiertas o si eres alérgico(a) a la aspirina. Siempre es buena idea hacer una prueba en una pequeña parte del cuerpo antes de aplicarla en el rostro. Y si tienes una condición cutánea específica, consulta con tu dermatólogo.

Esta receta casera puede ser útil para algunas personas, pero como con cualquier remedio, la clave está en usarla con cuidado, escuchar a tu piel y no sustituir tratamientos médicos si los necesitas.