1. La fase menstrual: cuando el cuerpo se renueva
Todo comienza con el sangrado menstrual, es decir, con la regla. Esta fase dura entre 3 y 7 días, dependiendo de la persona. Durante este tiempo, el cuerpo elimina el recubrimiento del útero (el endometrio) que se había preparado para recibir un óvulo fecundado. Si no hubo fecundación, ese tejido, junto con sangre y mucosidad, se expulsa a través de la vagina.
Los primeros días suelen venir acompañados de cólicos, cansancio o cambios de humor, y no es casualidad: los niveles de estrógeno y progesterona bajan drásticamente, provocando que el útero se contraiga para ayudar a eliminar el revestimiento. Algunas mujeres sienten estos días como una limpieza natural, otras los viven con más incomodidad, pero en ambos casos es una señal de que el cuerpo está cumpliendo su ciclo correctamente.
2. La fase folicular: la preparación comienza de nuevo
Una vez termina el sangrado, el cuerpo empieza a “prepararse para la próxima oportunidad”. La hipófisis, una pequeña glándula en el cerebro, libera la hormona foliculoestimulante (FSH), que estimula los ovarios para que comiencen a desarrollar varios folículos. Dentro de cada uno hay un óvulo inmaduro. Solo uno, el más fuerte, continuará su desarrollo hasta alcanzar la madurez necesaria para ser liberado.
En esta fase, que puede durar entre 7 y 10 días, los niveles de estrógeno comienzan a subir. Esta hormona hace que el endometrio vuelva a engrosarse, preparándose para recibir un óvulo fecundado. Además, muchas mujeres notan que tienen más energía, mejor estado de ánimo e incluso una piel más luminosa. Es la etapa donde el cuerpo “florece” naturalmente.
3. La ovulación: el momento clave del ciclo
Alrededor del día 14 del ciclo (aunque esto puede variar), llega la ovulación, la fase más corta pero más significativa. El óvulo maduro se libera del ovario y viaja por la trompa de Falopio, donde puede encontrarse con un espermatozoide. Si hay fecundación, ese óvulo fertilizado se dirigirá al útero para implantarse en el endometrio. Si no ocurre, el cuerpo entrará nuevamente en la fase final del ciclo.
Durante la ovulación, los niveles de estrógeno alcanzan su punto máximo. Algunas mujeres pueden sentir un leve dolor en el abdomen bajo, conocido como “mittelschmerz”, o notar un flujo vaginal más claro, elástico y resbaladizo, muy similar a la clara de huevo. Este cambio no es casual: es la manera natural del cuerpo de facilitar el paso de los espermatozoides hacia el óvulo.
Curiosamente, en esta etapa muchas mujeres también experimentan un aumento en el deseo sexual. Es el instinto biológico en su máxima expresión, un recordatorio de que el cuerpo está en su punto más fértil.
4. La fase lútea: el cierre del ciclo
Después de la ovulación, el folículo que liberó el óvulo se transforma en una estructura llamada cuerpo lúteo. Su función es producir progesterona, la hormona encargada de mantener el endometrio estable y preparado por si ocurre la implantación del óvulo fecundado.