Cómo cultivar aguacates en casa y disfrutar de tu propio árbol

Tener un aguacatero en casa es uno de esos pequeños lujos que cualquiera puede darse con un poco de paciencia y cuidado. No solo es un árbol que regala sombra y frescura, sino que además brinda uno de los frutos más queridos en la cocina: el aguacate. La buena noticia es que no necesitas un gran terreno ni ser un experto en jardinería para empezar, basta con un poco de dedicación y conocer los pasos básicos.

Lo que hace tan especial este proceso es que puedes iniciar con algo tan sencillo como la semilla de un aguacate que hayas comido. Ver cómo poco a poco ese hueso aparentemente inservible se convierte en un pequeño brote es una experiencia gratificante, casi mágica, que conecta con la naturaleza de una forma distinta.

Primer paso: elegir la semilla y prepararla
Después de disfrutar un buen aguacate, lava bien la semilla para quitar cualquier resto de pulpa. Es importante hacerlo con cuidado, sin dañar la cáscara marrón que la recubre, porque esa capa protege al embrión de la planta. Luego, ubica cuál es la parte de abajo (más plana) y cuál es la parte de arriba (más puntiaguda), ya que de allí saldrán las raíces y el tallo.

El método más popular: agua y palillos
Una de las formas más conocidas de germinar un aguacate es clavando tres o cuatro palillos alrededor de la semilla y apoyarla en un vaso con agua. La idea es que la parte inferior quede sumergida mientras la parte superior se mantiene seca. Debes cambiar el agua cada pocos días para evitar bacterias y mantener la semilla en un lugar iluminado, pero no bajo sol directo.

Con un poco de paciencia —a veces entre dos y seis semanas— verás aparecer las primeras raíces blancas y, poco después, un tallo que irá buscando la luz. Ese es el momento en que te das cuenta de que el experimento realmente está funcionando.

Trasplante a tierra: el verdadero comienzo
Cuando las raíces midan varios centímetros y el tallo ya tenga unas hojas, es hora de pasarlo a una maceta con tierra fértil. Usa una mezcla que drene bien, porque el aguacate no tolera el exceso de agua en las raíces. Planta la semilla de manera que la mitad superior quede fuera de la tierra. Colócala en un lugar soleado y riega con moderación, evitando encharcamientos.

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