La humedad en las paredes es un problema muy común, sobre todo en casas viejas o en lugares donde el clima es húmedo. No solo causa manchas feas y malos olores, también puede dañar la estructura de la casa y afectar la salud de quienes viven ahí. La buena noticia es que hay formas efectivas de quitarla y evitar que regrese.
1. Primero lo primero: descubre de dónde viene
Antes de hacer cualquier cosa, hay que entender cuál es la causa. ¿Viene del exterior por una filtración? ¿Es por condensación dentro de la casa? ¿Sube del suelo por los muros? Cada tipo de humedad se trata diferente, así que lo mejor es identificar bien el origen.

2. Si hay filtraciones, hay que repararlas
Si el agua entra desde afuera, por grietas o goteras, toca sellar bien esas zonas. Puedes usar pinturas impermeables, resinas o membranas líquidas para proteger techos y paredes. Por dentro, hay revestimientos especiales que ayudan a mantener la humedad a raya.
3. Mejora la ventilación
En lugares como el baño o la cocina, donde se genera mucho vapor, la falta de ventilación puede ser un gran problema. Abrir ventanas, usar extractores o colocar un deshumidificador puede hacer la diferencia para mantener el aire seco.

4. Soluciones caseras que ayudan
Mientras arreglas el problema de fondo, hay trucos sencillos que pueden servir. Por ejemplo, poner bicarbonato de sodio o carbón activado en recipientes abiertos cerca de las zonas húmedas ayuda a absorber el exceso de humedad del aire.
5. En casos más serios: barrera antihumedad
Si la humedad sube desde el suelo (lo que se conoce como capilaridad), lo más eficaz es aplicar una barrera química en la base de los muros. Esto evita que el agua siga subiendo por las paredes. Es una solución duradera, aunque requiere una aplicación correcta.

6. No descuides el mantenimiento
Una vez que hayas resuelto el problema, es clave mantener buenos hábitos: revisa cada tanto que no haya nuevas filtraciones, limpia canaletas y desagües, y ventila los espacios todos los días. Estos pequeños cuidados hacen una gran diferencia.
En resumen, decirle adiós a la humedad no es imposible. Con el diagnóstico correcto y un poco de constancia, puedes lograr que tus paredes se mantengan secas y sanas por mucho tiempo.