Cuidado del Hígado: Señales de Sobrecarga que tu cuerpo no puede ocultar

El hígado es uno de esos órganos que rara vez recibe la atención que merece. Está ahí, trabajando sin descanso las 24 horas del día, filtrando toxinas, metabolizando grasas, procesando medicamentos y ayudando a digerir lo que comemos. Pero cuando empieza a sobrecargarse, el cuerpo no se queda callado. Lo curioso es que muchas de esas señales son tan sutiles que solemos atribuirlas al estrés, al cansancio o simplemente a “una mala semana”.

Si te has sentido más agotado de lo normal, con la digestión lenta, o notas cambios en tu piel y tu estado de ánimo, puede que tu hígado esté pidiendo auxilio. Y no, no hace falta ser una persona que bebe alcohol con frecuencia para que el hígado se vea afectado. La mala alimentación, el exceso de azúcar, ciertos medicamentos y el estilo de vida sedentario también lo sobrecargan.

Vamos a ver con calma las señales más comunes de un hígado saturado, cómo reconocerlas y qué puedes hacer para aliviarlo antes de que la situación empeore.

1. Fatiga constante y falta de energía
Uno de los primeros síntomas que suele aparecer cuando el hígado no da abasto es el cansancio crónico. No se trata solo de estar un poco agotado, sino de sentirte sin fuerzas incluso después de dormir bien. Esto ocurre porque el hígado juega un papel clave en la producción de energía, y si no está funcionando correctamente, el metabolismo se ralentiza. Tu cuerpo literalmente tiene menos “combustible” disponible.

2. Problemas digestivos frecuentes
El hígado produce bilis, un líquido fundamental para digerir las grasas. Cuando su producción se ve afectada, la digestión se vuelve pesada, aparecen gases, sensación de llenura y hasta náuseas después de comer. Si notas que comidas que antes tolerabas bien ahora te caen mal, puede ser una pista de que tu hígado necesita un respiro.

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