4. Síndrome del túnel carpiano
Si el hormigueo aparece sobre todo en las manos, especialmente en la noche o al despertar, el túnel carpiano puede ser el responsable. Esta condición ocurre cuando el nervio mediano de la muñeca se comprime, provocando adormecimiento, dolor y dificultad para mover los dedos. Es muy común en personas que realizan movimientos repetitivos con las manos, como escribir en computadora o usar herramientas manuales.
5. Neuropatía diabética
La diabetes mal controlada puede dañar los nervios con el tiempo. Esto se conoce como neuropatía diabética y se manifiesta con hormigueo, ardor o pérdida de sensibilidad, especialmente en los pies. Es un problema serio, porque puede aumentar el riesgo de heridas que no cicatrizan bien, por lo que requiere control médico y cambios en el estilo de vida.

6. Problemas en la columna vertebral
Hernias de disco, desgaste de vértebras o pinzamientos en la espalda pueden afectar los nervios que van hacia brazos y piernas. El resultado: entumecimiento, dolor y debilidad. Si el hormigueo se acompaña de dolor en la espalda baja o en el cuello, es posible que la raíz esté ahí y no en las extremidades.
7. Estrés y ansiedad
Aunque suene sorprendente, el estado emocional también juega un papel importante. Cuando estamos bajo mucho estrés, los músculos se tensan y la respiración cambia, lo que puede generar hiperventilación y alteraciones en la sensación de manos y pies. Muchas personas con ansiedad crónica experimentan parestesias como parte de sus síntomas.

8. Consumo de alcohol o sustancias tóxicas
El abuso de alcohol puede dañar los nervios a largo plazo y causar neuropatía alcohólica, que se manifiesta con hormigueo y debilidad en extremidades. De igual forma, ciertos medicamentos o sustancias químicas pueden tener efectos secundarios sobre los nervios.
9. Otras enfermedades más serias
En algunos casos, el hormigueo puede estar relacionado con esclerosis múltiple, enfermedades autoinmunes o problemas neurológicos más complejos. Aunque no es lo más común, es importante tenerlo en cuenta si los síntomas son frecuentes, intensos o progresivos.

¿Cuándo deberías preocuparte?
Si el hormigueo es ocasional y desaparece rápidamente al mover la extremidad, probablemente no sea algo grave. Pero si aparece con frecuencia, dura mucho tiempo, se acompaña de dolor, debilidad o pérdida de sensibilidad, es momento de consultar con un médico. La clave está en escuchar al cuerpo y no normalizar señales que podrían ser importantes.
Consejos para mejorar o prevenir el hormigueo:
- Cambia de postura con frecuencia y evita permanecer mucho tiempo en la misma posición.
- Haz ejercicio regularmente para mejorar la circulación.
- Mantén una dieta equilibrada, rica en vitaminas del complejo B.
- Si trabajas mucho con las manos, toma descansos y estira los dedos y las muñecas.
- Evita el exceso de alcohol y consulta sobre posibles efectos secundarios de tus medicamentos.
- Aprende técnicas de relajación para controlar el estrés y la ansiedad.

En conclusión, que se te duerman las manos o sientas hormigueo en los pies no siempre es un problema grave, pero tampoco hay que ignorarlo. Puede ser una señal temprana de que algo no anda bien en tu cuerpo, y detectarlo a tiempo es la mejor forma de evitar complicaciones.