El limón es otra opción interesante gracias a su acción antimicrobiana. Frotar un poco de jugo de limón en la piel ayuda a desinfectar y a mejorar el olor, aunque hay que tener cuidado si la piel está muy agrietada para evitar ardor.
Por supuesto, los remedios caseros funcionan mejor si los acompañamos de ciertos cuidados básicos: mantener los pies secos, cambiar los calcetines todos los días, usar calzado ventilado y evitar andar descalzo en lugares públicos como piscinas o duchas. Son pequeños hábitos que hacen una gran diferencia y evitan que los hongos regresen.
No hay que olvidar que cada cuerpo reacciona de manera distinta. En algunos casos, los remedios caseros son suficientes para eliminar el problema, pero si la infección avanza o no mejora en unas semanas, lo recomendable es acudir a un especialista para recibir tratamiento médico.
En definitiva, los hongos en los pies son molestos, pero no invencibles. Con constancia, cuidados de higiene y la ayuda de ingredientes naturales que podemos tener en casa, es posible combatirlos y recuperar la salud y frescura de nuestros pies.
