
El ejercicio también juega un papel clave. Algo tan sencillo como caminar 30 minutos al día puede activar el movimiento natural del intestino y ayudarte a mantener la regularidad. Además, la actividad física mejora la circulación y reduce el estrés, que a menudo agrava los problemas digestivos.
Otra recomendación práctica es establecer una rutina. Aunque suene extraño, entrenar al cuerpo para evacuar a la misma hora cada día puede ser muy útil. El intestino responde bien a los hábitos, y tener un horario definido puede evitar la acumulación de desechos que provoca la sensación de pesadez.

Por último, aunque los remedios caseros y las medidas de estilo de vida suelen ser suficientes en la mayoría de los casos, no está de más escuchar a tu cuerpo. Si el estreñimiento es persistente, se prolonga por varias semanas o viene acompañado de dolor intenso, sangre en las heces o pérdida de peso, lo más recomendable es consultar con un médico para descartar cualquier complicación.
En resumen, el agua tibia con limón y aceite de oliva puede convertirse en tu aliado natural contra el estreñimiento, siempre que lo acompañes con buenos hábitos de alimentación, hidratación y movimiento. Es una solución sencilla, económica y sin efectos secundarios, que además puede convertirse en parte de tu rutina diaria para cuidar mejor de tu sistema digestivo.
